Cristo Redentor: Maestro y Modelo
La Orden de la Merced celebra cada año el 09 de Julio la Fiesta de Cristo Redentor.
En las constituciones de esta Orden se puede leer:
En la carta escrita por el general de la Orden de la Merced (publicada el 09 de julio del 2019) con motivo de esta fiesta, explica como la Eucaristía es el signo más visible de esta fiesta, pues en ella se consuma la acción redentora de Cristo y se actualiza en la comunión del pan único y partido que vida eterna.Los mercedarios tenemos como Maestro y Modelo a Cristo Redentor, que con su muerte nos ha librado de toda esclavitud y estamos dispuestos a seguirlo, sacrificando hasta la propia vida en el ejercicio del ministerio redentor.
COM 6
La vida del mercedario está plenificada en el acto Eucarístico, pues en él encuentra la fuerza para emprender este camino. Los mercedarios contemplan en la Cruz la plenificación de su carisma, pues están siempre dispuestos a dar la vida por aquel que requiera de su ayuda.
Cuando un mercedario celebra la Eucaristía, reconoce que no solamente ofrece a Cristo como oblación al Padre, sino que también él se ofrece al Padre como víctima de oblación por los cristianos que no tienen nada de suyo. Aquel que desee seguir a Cristo en el carisma redentor, debe adoptar una actitud de despojo de cuanto le impida realizar esta obra.
Escuchamos en el Evangelio según san Lucas (9, 3-5) que Jesús le pide a sus discípulos no llevar nada a la misión que les ha encomendado, con el fin de que los bienes de este mundo no les impida realizar la evangelización. De esta misma manera, el mercedario debe despojarse de los bienes de este mundo, a fin de no considerarlos propios, para que cuanto esté en sus manos sea para el bien de los cautivos.
Como cristianos fieles seguidores de Cristo, debemos conservar esta misma tarea en nuestras vidas. Debemos olvidarnos de aquello que nos impide el poder extender nuestras manos hacia aquellos hermanos nuestros que necesitan de nuestro apoyo.
El cristiano no puede simplemente voltear la cara ante el dolor del que vive a nuestro lado o de aquel que topamos en nuestro caminos. Muchas veces esperamos ver a Cristo glorioso o crucificado, y nos olvidamos que Cristo se encuentra en aquel que pueda estar pasando un trago amargo en su vida y necesita de nuestro consuelo.
Cristo no solo redimió en la cruz, sino que redimió cada vez que le devolvía su dignidad a los que se encontraban en la calle y clamaban por su ayuda. Nosotros podemos redimir, en el mundo de hoy, devolviendo la dignidad de hijos de Dios y de ser humanos a aquellos hermanos nuestros que hemos desplazado con nuestras etiquetas sociales que solo sirven para dividirnos aún más.
Que Cristo en este día que lo exaltamos como nuestro redentor nos ayude a ser mejores cristianos y mejores seres humanos.
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